ÉRASE UNA VEZ UNA HISTORIA
MUY SENCILLA...

La jirafita nació el 25 de mayo de 1961…
día de Santa Sofía, Sophie en francés!

En aquella época, los juguetes que representaban animales eran exclusivamente figuras de animales domésticos o familiares procedentes del mundo de la granja…

Por este motivo, un día, en Francia, un señor llamado RAMPEAU, que había integrado el concepto de rotomoldeado del caucho a los juguetes, tuvo la idea de diseñar una jirafa, cuya figura exótica sería una primicia en el mercado y cuyo tamaño y forma serían ideales para la prensión del bebé. La fabricación de Sophie la jirafa, tal como la conocemos hoy, comenzó un jueves 25 de mayo, lo que explica el origen de su nombre.

Natural & Ecológico

Sophie se sigue fabricando «artesanalmente» ya que se requieren más de 14 operaciones manuales para realizarla. Su composición a base de caucho procedente de la savia del árbol llamado Hevea que crece en Malasia. Es 100% natural.
Cada mañana, antes del calor del día, se extrae la savia del árbol, una leche fluida que proviene de células situadas bajo la corteza. Esta savia se llama látex y es natural, flexible, impermeable, aislante y agradable en cuanto a su tacto y olor.

Tuvo un éxito inmediato.

De entrada, las mamás jóvenes reconocieron en ella un juguete indispensable para su hijo, especialmente en la etapa de la dentición, puesto que masajea y calma las encías. Entonces, simplemente con “el boca a boca” se estableció la notoriedad de la pequeña jirafa. Desde ese momento, varias generaciones de niños en Europa disfrutaron y disfrutan escuchándola sonar cuando aprietan su vientre o cabeza. La empresa Vulli, situada en los Alpes franceses (Francia), conserva celosamente el secreto de fabricación de este fantástico juguete.